luis vilchez

La Soledad

Detrás de cada incierta puerta

año tras año

siempre me espera

la soledad

 

vestida como nube de algodón

mi soledad sirve café              

me observa

y muy atenta

disfruta mis silencios…

 

en este invierno es especial

mi soledad

 

ha abierto todas las puertas de mi alma

se entregó desnuda al sol

serenita retoza en el césped del patio

 

escucha y disfruta

del canto de los pájaros

bebe agua fresca y me convida

me da palabras

 

yo estoy sentado

en la pradera de sus nalgas

canto con ella

me siento pájaro

vuelo sereno por el firmamento

y llego inmenso hasta la cima

de estos versos…

 

mi soledad es insaciable

me pide más y más incertidumbres:

¡respirá! ¡salí a pasear!

¡bañáte! ¡ve a trabajar!

¡hacé el amor! ¡sentí!

 

me llena el bolso y la esperanza

de palabras

 así yo… enfrento al mundo…

 

el telón del amor

se cae y se levanta

la brisa suave

se estrella contra mi alma

 

y  sigo caminando mi destino

de letras solitarias

y manos solidarias…

 

inmediatamente

me tiento a abrir las puertas

de otras soledades

 

y vuelvo ha ser

por un momento inmenso

nuevamente pájaro

canto matinal

efluvio

amante insaciable

 

y llego al puerto fresco

de otras soledades

 

les cebo un mate

les hablo

les nostalgio

 

les hago cosquillas en el vientre

las beso y las rebeso

les cuento un poco de mi soledad

y luego marcho…

 

mi soledad

es muy solicitada

y es etéreamente solitaria

 

y a diferencia de otras soledades

mi soledad es buena…

 

me goza

me disfruta

me acompaña…

 

siempre marchando

con otras soledades

siempre en un puente

rumbo al infinito

siempre en un puerto

donde nadie llega

 

siempre lo incierto

lo compacto

lo concreto

 

siempre en los ojos

de los niños tristes

siempre guerrera

siempre protestando

 

siempre en las marchas

de pan y de trabajo

 

siempre en un río

cristalino y puro

siempre en los ojos

de mi bienamada

 

siempre presentes

 

yo

y mi soledad

 

Juana Koslay, jueves 16 de julio de 2009, 15: 37 horas

 

Texto extraído del libro Epitafios (de amor y desamor), Colección Libros de la calle, Luis Vilchez

 

Blog: www.luisvilchezpoeta.blogspot.com.ar