walberto campos

Decadencia

Se te ven "alas flojas" en tu vuelo;

y quizás en lo más lejano

alguien te tienda la mano,

para levantarte del suelo

y poder mirar al cielo

o corregir tus pasos vanos.

¡Ah!, qué cielo crees que te espera;

aunque tu cabeza gire cual esfera;

¡ya!, ¡al fin dejaste el egoísmo!,

¡pues ya te resulta lo mismo

aunque en tres minutos te mueras!

 

 

Y vuelves a actuar como infante;

a recordar lo que hiciste y no hiciste;

y a bravo modo te resistes

a tu quebranto cada instante;

y de rebeldía tu rostro se viste.

Ya tu sombra viaja más lenta,

tu mirada fijas en ella más violenta;

como indispuesto a tu decadencia,

al fin encuentras la paciencia

y levantar tu frente intentas.

 

 

Pero ese es nuestro camino:

nacer, crecer, reproducirnos…

y aunque no queramos decidirnos

a perder del caminar el tino,

ni a dejar este mundo mezquino;

¡porque no conocemos el que viene!;

y pueda, que si espinas no tiene,

en él encontremos fuego y desconsuelo

¡en vez de encontrar el cielo,

que es el que más nos conviene!