Carlos Silez

Despedida (para mi abuela Irma)

A causa de tu aventura

he visto yo la luz del día,

a causa de tu locura

me encuentro en tal melancolía.

Soy fruto de esa época

que desconozco personalmente

y que vos hasta en tu última hora

atesorabas nostálgica, en tu mente.

Has vivido lo que aun yo no entiendo,

has contado las décadas

con más de una mano

y en tu pecho,

tus amores guardados,

en tus alas,

mil cadenas atadas,

en tus pies,

tus caminos andados,

y en tus labios,

mil palabras calladas.

Conmigo has compartido tus tardes

tus frescas sonrisas y amargos llantos,

me has hecho cómplice de tus placeres,

y hasta testigo de tus desencantos.

Te preste mi oído

me regalaste tu conversación

mucho con vos he aprendido

respecto al uso de la razón.

Gracias por compartir tu tiempo,

descuida, el mío valió la pena.

Que vuele tu alma con el viento

y que regrese cada primavera,

que llegue volando al ras del suelo,

aquí estaré esperando cada vez que venga.