ALVARO J. MARQUEZ

RECUERDOS QUE SE VAN (2)

"Lo bueno o malo del amor es que garantiza/ si has amado tanto,/ que siempre habrá algo de llanto en tu risa/ y algo de risa en tu llanto"


Me llevaron a Portugal aún siendo bebé,

ahí tuve vivencias con familia que dejé,

tíos y tías, que en mi recuerdo seguirían.

Un primo -”Fito”- con quien mucho jugué,

me pidió mis pistolas y feliz se las dejé

pensando que ya de nada me servirían.

 

En el barco “Santa María” me vine de regreso,

no guardo en lo absoluto recuerdos de eso,

hice ese viaje teniendo sólo cuatro años...

Me contaron mis familiares que en Portugal

mi comportamiento de bebé aunque era normal

generaba unos comentarios un poco extraños.

 

Hombres con una bata blanca no podía ver,

lloraba espantado, nadie lo podía creer

y me jalaba las orejas quién sabe por cuál motivo.

Tengo un recuerdo de mi abuela paterna en un bus,

la pobre pedía ayuda hasta al Señor en su cruz

para que me callara, es cierto lo que escribo.

 

Tengo recuerdos de mis cinco años, de seis también,

de mi maestra Angélica, que la recuerdo bien

y una de la cual a mis nueve años me enamoré...

No sé si le agradaba o si de travieso la tenía harta,

pero sé que al final de año una romántica carta

antes de salir huyendo en sus manos le dejé.

 

Ya ven, de niño cartas y versos ya escribía

y en verdad muchísima gente me decía

que tenía habilidad para en letras expresarme.

Esa fama de mi afición por la poesía

hizo que una maestra un buen día

no se tardara nada en buscarme.

 

Me propuso de maestra a niño un pacto,

que a final de año participara en un acto

recitando un poema, qué orgullo me dio...

Aún recuerdo ese día cómo me estaban viendo

y el eco de todas las personas riendo

cuando huí despavorido pues la letra se me olvidó.

 

Son recuerdos que aún no se han ido,

que en su largo camino al olvido

con piedras de inmortalidad tropezaron.

Me gustaría de alguna manera poder

conversar con todos los días del ayer

y pedirles las vivencias que se llevaron.