Prohibida

Amor en la ducha

Me introducía a la ducha mientras ocurría un episodio más de mis fantasías.
Podía oler tu cuerpo, inclusive sentía como mis manos sobaban tus muslos.
Y entonces, mi espalda se erizo al sentirte detrás mío, me estremecí al escucharte decir: "¿Me esperabas, cariño?". Asentí con una risilla, nerviosa, ansiosa, feliz. Y entrabas a la ducha conmigo.
Nuestros cuerpos, fríos, ignoraban la cascada de agua caliente que intentaba separar nuestros besos. Ya era tarde.
Nuestras lenguas, como serpientes enroscadas, se encontraban unidas, bebiéndose.
Tus manos, apretujaban hasta doler para después acariciar cada centímetro de mi piel.
Tus dedos, entraban y jugaban por cada recoveco que encontraban en mi cuerpo durante su recorrido, arriba, abajo... 
Tu pecho oprimía el mío. Y el agua seguía cayendo, sin poder diluir nuestras ganas.
Mojaba tu cuerpo, húmedo de mí. Sobabas mis pechos, hambrientos de ti.
El ritmo de tus caricias era lento, te demorabas con toda la intención.
Pues tu me conocías y sabías reconocer el momento de mi esplendor.
Tus piernas, soportaban mi peso cuándo mi momento llegó. Y mientras con besos, bajabas de mis labios a mi pecho, acercabas tu navaja de carne a mi entrepierna, y, como una bestia, te introdujiste sin compasión.
Silencio. Solo un suspiro se escuchó. 
El timbre de mi puerta avisaba la presencia de alguien que mi fantasía perturbó.
Intenté ignorar el timbre, cerrar los ojos y terminar con nuestro rito de pasión, pero el timbre desesperado volvió a nublar mi intención.
-"Cariño, ¿Estás ahí?
Tu voz detrás de la puerta fue lo que se escuchó.....