Diaz Valero Alejandro José

Un cuento para despedir el año

Mamá hoy se termina el año, menos mal, pues nos hizo mucho daño. Que se vaya de una vez, no quiero volverlo  a ver.

 

Porque hablas así hija, por Dios no te aflijas; que si el año trajo cosas malas, con otras buenas se equipara.

 

Pero mamá este año papá perdió el empleo, y murió mi abuelito Mateo; este año no disfrutamos viaje de vacaciones, y no pude quejarme por muy sobradas razones.

 

Ay hija no seas así, este año nació tu primita Asunción, y también nació tu hermanito  Ramón. En la escuela pasaste de grado, y pudimos solventar todo con los ahorritos guardados.

 

Mamá, ¿Siempre va a ser así?. ¿No existe un año en que todo sea feliz?

 

Si hija, siempre así habrá de ser… Cosas que ganar y cosas que perder. Pero en fin un año más, que seguramente no olvidaremos jamás.

 

Si hija mía la vida es como un plantío de uvas, siempre tendrá verdes y tendrá maduras, unos verán sonrisas y venturas; otros en cambio verán llanto y amarguras. Y otras personas, las más numerosas, esas verán ambas cosas.

 

Y la niña comprendió eso de alegrías y tristezas, y para despedir el año, ahora si estaba dispuesta.

 

Madre e hija sonreídas daban al año su despedida, y así juntas y abrazadas algunas lágrimas se les escapaban.

 

Y el último segundo del año expiró, dejando en el ambiente un sentimiento nostálgico y una oportunidad, para renovar esperanza en los tiempos que vendrán.


*****