Juan Pablo Cares

Problema

La vida se direccionaba clara,

con fines, con sentido.

Mi alrededor: un paraíso de colores, 

de formas e incluyente.

Mi rastro se plasmaba,

era una efigie.

Y apareció como un remolino,

como un tornado devastador.

Era el problema que se anclaba

desde lo infinito a la perpetuidad.

Reflujo del talismán del futuro propicio.

Corrí para bandear con tristeza

mi desgraciada suerte. 

Talar los brazos heridos no fue solución;

tampoco el derroche de la mínima voluntad bienhechora.

Ruina de tal magnitud que parecía convólvulo.

¡Oh! Demacrado torbellino.

¡Oh! Suplicio enemigo.

¡Oh! Martirio inquietantte.

¡Oh! Tortura grosera.

¡Oh! Infame descuido.

Ni mi afanoso emprendimiento,

ni mi actitud jornalera pudieron.

Monstruo vehemente ten piedad.

Por momentos la orientación rechazada

se transformó en refugio.

Mis pensamientos, ante el desánimo,

sólo daban cabida a aquello;

y me confortaba.

Condición desconocida pero de a poco aceptada.

El gran hormiguero,

la magnífica construcción de la mano invisible,

lo digería...

lentamente...

Pero en sus nidos pequeños,

más apartados,

el dogmatismo permanecía oculto

por entre los cursos azules.

Ahí la dificultad me transformaba.

La nostalgia envolvía las imágenes,

las recuperaba y las desteñía.

Volvía luego el desastre y se magnificaba.

Volvían e iban remezones.

Todo se olvidaba y nada tenía importancia.

Los recuerdos, los reconocimientos

y las alegrías desaparecían.

Ni el respirar adquiría sentido.

El sonido airoso aumentaba 

y era el continuador de la desdicha.

Agitaba las ramas del sauce

y derribaba álamos.

Mis años regresaban a la inocencia.

Lo excelso y lo sublime se esfumaban

en chispas minúsculas y débiles.

Mi ser era lo más inconmensurable,

apartado, secreto e incógnito.

Mis opciones eran de lo menos eficientes.

Pero mi esperanza,

que se mantenía gracias a tu admirable silencio,

seguía muy firme,

quizás por la confianza

o quizás por tu mirada.

Gracias a tu esmero instruido

la vida no me tuvo prematuramente caído.