Víctor Callirgos

DÍAS DE OSCURIDAD

¡Hola! Hablo a todos. Repartid este mensaje a toda criatura para que reciba del amor la compasión y la luz. Considerad por vosotros mismos, pues la actitud vuestra será el diapasón y la oportunidad para vosotros mismos y para muchos; precisamente, ahora, cuando es necesaria vuestra afinación y afirmación en las ondas de la luz.

Ahora, habéis llegado al punto más cercano al Sol Central de la Galaxia y su luz os puede enceguecer y hasta descubrir en vosotros los días de oscuridad planetaria, simplemente por vuestra decisión; pues, si no lo sabéis, en vosotros está el poder. Mas este poder puro que emerge como una oración en adoración a la íntima verdad debe cumplir, cumple y cumplirá el propósito del Más Profundo Amor. Así es la manifestación del más grande gozo y de la más profunda admiración.

Es hora, pues, de llenar el Santo Grial de vuestros cuerpos con el espíritu o vibración de la ascensión y el Santísimo Grial del Corazón, copa que rebose con la Altísima Vibración del Amor, porque hasta aquí se os condujo porque os condujo la viva fuerza atractiva del amor. ¡Ojalá comprendieseis cabalmente! Verdaderamente nunca estuvieron solos, porque siempre estuvo con vosotros vuestro origen creador con los brazos abiertos esperando vuestro retorno y vuestra comprensión y compasión por vosotros mismos.

Ahora, sepáis que he salido a los caminos en busca vuestra y no dejaré ningún polluelo huérfano en la estancia cósmica a la que os llamé porque ahora entenderéis lo que significa: “No temáis manada pequeña, que a vuestro Padre os complace entregaros el reino”. ¿En verdad, entendéis?

Yo, el amor, en la hora final, cuando los tiempos terminan y empieza el radiante día de la eternidad, el Día del Anrrom, al que os llamé y vosotros, ciegos todavía, acudisteis a mi voz. Ahora. Hoy en vosotros.