chateante

No Entiendo

 

 

No entiendo las razones del destino,

cruel jugador de casino,

que apuesta nuestro amor a los dados

y lo pierde, agua entre las manos.

 

 

No entiendo los motivos que el cielo tiene

cuando el capricho de su azar detiene.

No entiendo qué debo entender

si tú no estás, y yo lo sé.

 

 

No entiendo las torpes jugadas,

perdedoras sin el fulgor

de las cuatro letras marcadas

en el número amor.