Se asoma triste la luna,
 sus estrellas desfilan.
 En mis manos una flor,
 en mi corazón el anhelo.
El campo oscuro,
 se pierde en el horizonte.
 Sonámbula mi alma,
 divaga oscura.
Las nubes descubren,
 el inmenso cielo
 que aun triste,
 ilumina sereno.
Tus oros cabellos
 flamean con el viento,
 tus negros ojos
 me esquivan.
Nocturno encuentro,
 pasiones prohibidas.
 Al pie del rio,
 la arena es mi cama.
Suenan las campanas
 de la mañana,
 te cubres desnuda,
 y muy lejos te vas.
Espero a otra noche,
 que me quieras de dueño.
 Espero a otro día,
 que no marches con el sol.
Lemos Maximiliano Daniel.