gaston campano

Querida Maestra

Maestra de mi niñez

sacada de la memoria

eres parte de mi historia

en mis años de vejez.

María era tu nombre

como mi segunda madre

Ramirez era tu padre

como decías, gran hombre

Fuiste severa señora

con el puntero en la mano

era un cariño sano

demostrado sin demora.

En esa clase de historia

de la ciudad tan nuestra

fuiste la querida maestra

guardada en mi memoria.

La escuela número diez,

fué tu refugio diario,

con niños de colores varios

nunca tuviste avidez.

De separarlos lo sé

eran tus segundos hijos

si eras como ese sijo

dando calor a sus pies.

De patitas llorosas

recorriendo los pasillos,

erámos tan sencillos

en forma tan decorosa.

Te recuerdo como profesora

de los dolores de la vida,

fuiste mujer querida

por tu acción de forjadora.