Desde la cumbre de mi confusión te llamo-
para saber si existís afuera de estas letras-
para saber si soy o si dejé de serlo-
Te llamo para que me abraces en las noches-
para ver televisión y conversar de nada-
Te convoco para -simplemente- sentirte-
y ese miedo de soledad
que se conjura en compañía-
-más allá de mis manías-
Te invoco- pues presumo-
que llevo
una mujer guardada muy adentro-
y me temo que
-quizás-
se esté muriendo-
monique ele
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quizás ya es tarde en esta vida
para acudir a tu llamada,
porqué el que escribe
es un suicida
que no ha muerto.
Y pese a que tu amor
se disfrace de alborada,
son mis días un viacrucis
sin tu aliento.
quizás los dioses
nos regalen otras vidas,
en donde el mar de mis mejillas
no esté yerto.
y aunque la maldición
de Enrique Urquijo
nos desvista,
y aunque el sol
no empape mis pupilas
con sus rezos,
y aunque el celofán
rompa pudriendo
los inviernos
-sin tu risa-
es a ti
a quien espero
-en tantas noches-
es a ti
a quien
invoco en mis silencios.
Gallicida