Pondré un clavel en su pelo, y una rosa en su mano,
Y un verso que dibuje en los aires sus sonrisas,
Y una caricia d mis ojos si los suyos los mirasen
Y un alma cantando en mí ser si usted los besara
Sus sueños fueran mis sueños al empezar la mañana,
Y que sus mejillas fueran las palomas lindas habaneras
Y se posaran preciosas entre mis manos que las cuidaran
Y si de nuevo en mi boca sus labios tan moros en jade
Y en diamantes se volvieran por la alegría de su cara
Por la alegría de su alma libre volando en una tarde
Que no sería cualquier tarde, sino una de primavera
Donde broten los botones marginales de sus pechos
Donde aromas mil se confundan con los suspiros
Donde se abrasen dos pechos con fuego nuevo
Donde se mezclen sus destellos de Ninfa y Diosa
Donde se vuelvan de sus caricias mis manos todas
Donde la suave la melodía de violines de Tchaikovski
Armonice en Re Mayor la mayor entrega de caricias
Que resalte en la piel los deseos de ser notas y cuerdas
Que en tu vientre y en mi vientre estén los tonos altos
Que emerja del ambiente el necesario para amarnos
Que las horas son ya nuestras y su manto nos regala
Ya de estrellas y de sombras que pronto amanecen
Ya desnudas con los rayos amorosos de la aurora
Y dormimos arrullados con las cuerdas de violines
Y dormidos dejamos que el sol vaya entre montes
Y entre sabanas de linos y algodones tocan violines
Y se tocan nuevamente los labios de los enamorados.