han-jael

Amigo

He perdido el derecho a verte

y hablarte

sin siquiera haber sido yo

la que se equivoco.

 

Fueron los extraños

quienes te convencieron

de la maldad que no tengo,

de palabras que no dije

y en tu egoísmo decidiste

creer en sus embustes y fantasías

antes de consultar mi opinión.

 

y que queda hoy

de todo lo que nos paso?

De mi parte la esperanza y la fe

de que todo sea como ayer,

pero en ti no veo

siquiera la intención

de intentarlo de nuevo.

 

Y yo te quiero

como se quiere a un hermano

y siento orgullo, desde lejos,

de tus logros,

y también me enaltezco

de tus avances,

y porque lloro?  

Por los extraños

que no te dejan volver a mi.

 

Y sigo aquí esperando

el día idóneo

a que esos extraños

te dejen libre y sigamos

juntos como siempre debió ser.