Cierro los ojos, siento el vació inmenso que inunda la oscura y fría habitación, unos rayos de luz se cuelan por la puerta entre abierta, solo fragmentos de cristal en las ventanas.
Un par de alas rompen el gran silencio que ahora existe, fijo la mirada en ti y veo como las dueñas de aquellas alas son las únicas que hoy se te acercan, nadie mas lo hace. Han llegado atraídas por el olor que despide lo que queda de ti, lo que queda de tu cuerpo, les agrada demasiado lamer sus patas con tu sabor…
He perdido la noción del tiempo, no se cuanto mas vaya a pasar contemplándote así, respirando tu humedad. El eco de tus gritos aun puedo escucharlos en cada rincón, y el paso de tus uñas desgarrando mi piel no cicatrizan, El dolor que causan las heridas sigue latente, porque las palabras que me enterraste no he podido arrancarlas.
Muchos de tus cabellos aun siguen enredados entre mis dedos. No solo el suelo repugno tu presencia, las paredes también te sintieron, tu cabeza golpeo muchas veces, hasta perder el conocimiento, te deje caer. Presione tu hermoso cuello, vi dilatar tus pupilas lentamente, te acuchille junto a mis álgidos recuerdos.
Cuanto hubiera querido inundaras con tu sangre la habitación y así ahogarme en ella, empezar a morir lentamente, ahogarme de nuevo con tus mentiras y tus rechazos, seguir despedazándome, ser una persona sin alma ni corazón, mutilado por tanto desprecio que tuve que tragarme a punto de asfixia, pero aun sigo aquí soportando el dolor de verte ahí, tan sola, tan fría y suave.
No puedo levantarte, trozos de ti entre mis manos cada vez que intento hacerlo, casi no siento nada, solo lagrimas recorrer mi cara, lagrimas que quisiera lavaran y borraran el odio que te tengo, desaparecer el color de ti en mis manos… Se que ayer para ti fui un desconocido mas, hoy desconocida serás para todos. E inolvidable será ver el cuadro colgado en el muro de mi conciencia.