nelida anderson parini

POR SIEMPRE TU.

Si alguna vez te acuerdas de mi nombre

pensando sí de ti me he olvidado

y  halando en el presente aquel pasado

ruge en tu pecho tu corazón de hombre.

 

Lo nuestro fue un sentir maravilloso,

un dócil resurgir enamorado,

un tiempo por los dioses regalado

latiendo en ilusiones venturoso.

 

Bien sabes que te amé con ansias locas

sin buscar en razón impedimento.

Viviendo en veleidades el momento

lubricaron te quieros nuestras bocas.

 

Mis manos en las tuyas fueron una,

mis ojos en tus ojos miel de amor.

Tú epidermis del alma abrigador,

refulgiendo en el ser cual luz de luna.

 

Tus sueños y mis sueños, trazo en uno,

emanando torrente de emoción

escurría entre anhelo y convicción,

el futuro seguro y oportuno.

 

Intervalo de amor imponderable

transcurrido en instantes de inocencia

que el perenne fraguar de la consciencia

enquista con membrana impenetrable.

 

No fui yo, ni fuiste tú, tampoco  ambos,

fue la vida en plausible incontinencia,

que ignorante de empeño y reticencia

disgregó de la ruta nuestros tambos.

 

No es tu culpa mi amor y no lo es mía,

cada quién continuó por su camino

 y en astuta jugada del destino,

solo al tiempo entendimos la ironía.

 

Siendo así, el sentimiento indefectible

retumbante en radar del corazón,

hoy se impone el rigor de la razón

sentenciando este amor como imposible.

 

Si hoy la noche me trajo a tu recuerdo

palpitando mi fuego en tu interior,

 fundido a sentimiento superior

es que busco cumplir antiguo acuerdo.

 

Intentando guardar vieja promesa,

negando el sentimiento a cruento olvido,

renuevo aquel amor ayer vivido

siempre qué mi recuerdo a ti regresa.

 

Eterno es el amor mi bien querido,

en su fuerza trasciende dimensiones

perfilando futuras ocasiones,

para encuentro por almas convenido.

 

No  afanes  con angustia tu presente

añorando lo que debió haber sido,

si todo tiene un tiempo  merecido

mañana tiene un brillo diferente.

 

Si eterno el sentimiento se trasciende

poco importa esperar hasta otra vida,

si en verdad por nosotros conocida,

el amor verdadero se desprende.