Luis Elissamburu

Domesticado

No me acostúmbres

a tu dulce modo.

Es mejor, no saber,

que hay una mujer,

capáz de disolver mi odio.

 

Años de soledad,

acreeditan mi dureza.

Nadie lo diría,

al verme acariciarte

con infantil torpeza.

 

Ilusión, la del soldado

que nadie podía mandar.

Tu mirada serena,

apenas puesta en algo,

me hace salirlo a buscar.