Oscar Perez

Con un café sobre mi mesa

Con un café sobre mi mesa

 

Una belleza espera

entre televisores y gerentes,

entre diarios, fantasmas y relojes,

entre máximas muertas y niños asustados.

Ya no es verdad que todos vamos juntos,

ya no es verdad que somos todos igualitos,

que queremos por igual a nuestros padres y al extraño

Uno es azul, otro es de cobre, la otra llama,

y el menor un tambor que comanda a las avispas

y que quiere suceder como si el reino fuera suyo.

Cada cual nació distinto, secreto, inmaculado,

pero tuvo al nacer nación, medidas, nombre, domicilio

y un llanto bicolor entre la luna y el sol rojo.

Cada cual poseyó una teta dulce,

dos riñones, un par de volantines

y una mesita de agua o trébol que pisar mientras aprende

a volar y a preguntar por su oración a las estrellas.

Y en ese mar humano nos perdimos o nos encontramos,

cruzamos con los pies del exiliado,

cantamos con la voz del sumergido,

y echamos a reir entre murallas propias o instaladas.

Que venga la verdad del gran tumulto,

del soy, del quiero ser, del ya cambiamos,

y no queremos más discursos vanos

sino una rebelión de panes tibios,

de bocas en azul, de párpados insomnes

de extrema confusión en la babel de lo diverso,

de belleza en la luz de averiguar que aquí cabemos todos.

Sólo tú quieres ser tú, ese de al lado

quiere ser pantera, joyero, lagrimón tornasolado

venturoso paladín de su incerteza vuelta carne,

de su equilibrio en el cañón que va de vida a muerte amando.

No pueden confundirnos, ya no hay sueños,

sólo una calle en que cabemos y cantamos,

sólo una forma de vivir y es respetando

a quien camina con nosotros o se marcha.

Tiendo mi mano, si no la quieres nada cambia,

tiendes la tuya, si nadie se da cuenta

es que la puedes abrigar en tu bolsillo.

Que somos ciegos, eso es claro,

y egoístas y el peor recurso de la especie,

pero nacemos cada día y si aprendemos

volvemos a nacer, esta vez con un mejor talante.

Si nadie tiende nada, finalmente,

ni mano ni palabra, ni silencio,

entonces es que digo: una belleza espera,

yo atento cantaré con un café sobre mi mesa.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

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