Hugo Emilio Ocanto

¿Con tu silencio me estás diciendo adiós?

Hoy tú no estás conmigo.

Estoy solo. Hoy, nuevamente la soledad

me está acompañando.

Tristezas tengo. Y quiero contártelas,

aunque esté hablando solo.

Pero no. Loco no estoy.

Solamente estoy enamorado.

Continúo estando enamorado de ti,

aunque no exista tu presencia.

A veces el amor puede

llevarte a la locura, pero no

es este mi caso.

Estoy consciente que últimamente

he tenido comportamientos

que no debí haber tenido.

Estoy consciente que te he dicho

palabras fuertes, las cuales

no debí habértelas dicho.

Todos a veces tenemos

nuestros momentos de alteraciones.

No soy una excepción.

Tú también las has tenido,

y con justificadas razones.

Te extraño... te extraño tanto...

deja tu orgullo a un lado...

¿quién te está pidiendo dejes tu orgullo?...

Si yo también lo tengo.

A veces el orgullo no lleva

a nada placentero.

Los placeres los tuvimos nosotros

cuando teníamos nuestros encuentros de amor.

¿no los extrañas?...

Sigo hablándote, en voz alta...

y tú no estás... presente,

pero continúas en mi  corazón...

¿Por qué extiendes tu silencio?.

Si te he ofendido, perdón te pido.

No has de tomarlo en serio, lo se.

Lo presiento. De qué valen mis palabras.

Solo se que tiene validez mi amor por ti.

No me ignores. No me lastimes.

Solo dime algo, y apaga tu silencio.

¿Es que realmente me estás diciendo adiós?

No lo hagas con silencio.

Dímelo de frente.

Una vez más debo pedirte todo

esto que te estoy pidiendo.

¿Te halaga, te agrada, te hace más fuerte,

más mujer?

Solo soy un hombre que se arrepiente

de las hirientes palabras

que llegaron a ofenderte.

¡Te quiero!... te quiero como siempre...

pero no quisiera nuevamente

caer en un pozo depresivo.

Porque creo que si así fuese,

no podría superarlo.

No quiero culparte por mis tristezas.

Quiero que vuelvas a estar nuevamente conmigo.

¿otra vez tengo que decírtelo?

quiero que vuelvas a estar nuevamente conmigo.

Y revivamos los momentos compartidos.

Aunque no me permitas,

ni acariciarte,

ni besarte, ni poseerte...

Todo eso quiero que volvamos a hacer.

Pero si tú no lo aceptas,

ataré mis manos, sellaré mis labios,

y dormiré vestido,

aunque mi deseo sea estar completamente desnudo

ante tu desnudez. Oh... completamente desnudos...

y acariciarte, besarte, poseerte...

Pero si tú no lo quieres, lo aceptaré.

Hasta que tu piel sienta

la necesidad de mi piel.

Hasta que tu sexo desee el mío.

Estás ofendida, lo se.

Perdóname, una vez más.

No quiero que con

tu silencio me quieras decir adiós.


Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 19/11/2012)