Sara (Bar literario)

Del diario de Samanta

 

13 de Enero del 201…

 

 

Remembranzas sobre Vincent

 

Querida Ana:

 

Siniestro delirio es amar, el fuego  de una costumbre.  Lo extraño a él muerto de lado, en mi espalda su beso, y mi muerte, alumbrándose en una lágrima.

Ayer, un viernes, lo hubiera asesinado en su ombligo, resbalándose en la sal de mi lengua; hoy,  en sus manos mi pelo formaría un nido, mientras yo le humedezco la vida al ave  de su hombro derecho.

Era orgía Samanta, era una orgía, tenerlo a él de diferentes maneras, en su mismo rostro, cincelando mi piel de tantos modos. Era orgía pronunciar –quiero- cuando él lo estaba haciendo todo, desde mis talones hasta el punto gramatical jamás inventado.

Era mi garganta la extensión de su aliento, era yo, extinguiendo la moral de un cuarto oscuro, sin sombras, ahorcándonos en los peligros de ser humo. La lumbre en la miel se recorría,  derramándose en nuestro juego de Marco-Polo. Mis uñas le hallaban otra mordida en la espalda, sus ojos, otra cama en mí -Sutra marca-desafiaban.

 

No hay límites para crearnos el infierno…

 

 No hay límites, para  usar el recuerdo en la soledad de una almohada que aún no se acopla, al cuerpo de un otro.

 

Un nadie en esta memoria.