EDGARDO

Dr. César Cordero Moscoso: Al Maestro Sacerdote

Sabio sacerdote que con humildad, el bien convida
buscando siempre encender en cada frente
la luz que ilumine cada vida
con fuerza misionera y mano delicada

Maestro que ha marcado una huella indeleble
en sus manos, la antorcha de la ciencia se levanta
oh gran sacerdote, admirable y respetable

hay un pueblo alegre que le canta

Insigne maestro, ministro de Dios,
labrador de esperanza, justicia y hermandad
que con laureo ejemplo depura pensamientos
consagrando con sus pasos, su gran comunidad.

Nosotros somos frutos de sus sueños;
gracias por ser inspiración divina de la vida
por cultivar nuestro entendimiento, con sus conocimientos,
bendita su vocación tempranera y siempre bien sentida

Las campanas le nombran y reclaman su presencia 
en el jardín, la escuela, el colegio y universidad,
trabajamos inspirados en su paciencia
guiados por el sol de libertad.

No le inquieta el cansancio ni le abruma; 
maestro, apóstol de la comarca cuencana, 
no teme que su vida se consuma
en horas de la ciencia que es eterna. 

Honrada y respetable es su vida de labores, 
cordial y diáfana su vida de enseñanza
por eso broten en su senda siempre flores 
y brille en su alma eternamente la esperanza