julio de guernica

Cada vez

Cada vez que te miro, se me enciende la sangre

en la hoguera infinita de tus ojos profundos;

y en mi carne galopan corceles desbocados,

en busca de la magia de tus pechos desnudos.

Cada vez que te miro, sueño ser la simiente

que penetre en tu huella, y germine en tu surco;

y al cruzar beso a beso tus postreros confines,

me perfume la boca el sabor de tus frutos...

Rebosan en mis manos caricias inventadas,

para explorar tu cuerpo, hasta perder el rumbo,

y el eco de tu voz se transforma en cadencia,

para arrullar mi oído, cada vez que te escucho.

Cada vez que te miro, quiero alcanzar el cielo

bajando por tu espalda y subiendo por tus muslos;

incendiándome el alma y quemándome la vida

en la hoguera infinita de tus ojos profundos...