flack

Eres mía.

Eres mía, siempre mía,

 y saberme en tu mirar

me une a tal idea.

Mía eres, que aún sin sentir

ser tu dueño, a mí sólo perteneces.

Eres mía, desde aquel fundido beso

 y una sola fueron ya las almas,

justo cuando de lo recuerdos

me viene aquel de tu sonreír primero.

Fuiste mía, cuando tu soñar

era un mundo ya sobre mi pecho

y mis manos se imbuían

en el secreto de tu piel.

Desde aquel momento fuiste mía,

al encontrar tus labios su

rincón alojados en mi boca,

al perder la tristeza su argumento,

al huir en el hogar de nuestro abrazo.