Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

DÉCIMAS INDOLORAS

Yo no sé si es un pecado

decir: Te mueres ¡me muero!

Porque ante todo yo infiero

que de ti me he enamorado…,

asimismo, ya es mi aliado,

este pesar que salpica

de creer –que en ti radica-

Por lo cual desencadena

un mal que a mí me condena

a morir que es lo que implica.

 

 

Malhaya el mal que te embiste

porque a mí me desampara;

¡quiera Dios que te dejara

ese mal que en ti reviste!

Desde que lo sé –estoy triste-

Y no hay consuelo en mí entraña

¡es un dolor…! Que no engaña.

Es un dolor que me altera

por eso: qué ella no muera

porque mi vida se empaña.

 

 

Cómo admiro su cordura

no se ve jamás flaquear,

(es una ola en el mar

que no le teme a la altura)

En cambio a mí sí, me apura,

está en sus manos  mi vida

aunque es Dios quien lo decida

…en soledad yo me muero

¡antes de sufrir prefiero

que juntos sea la partida!

 

No es blasfemia mi sentir

ni rencor que se me clava

…es simplemente la  lava

que se esparce en mi vivir:

inquiriendo  ¿se va morir?

Esa pregunta me quema

¡entonces si es blasfemia!

Que me condene mi Dios

porque este amor –es de dos-

Y la muerte es un dilema.

 

 

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Sergio Jacobo “elpoetairreverente”