Una nube de nostalgia ha entrado en mí ser,
Mientras las nubes, lloran desde ayer,
la penumbra de su sombra me hace estremecer
Y una montaña de ternura, aflora en mi piel…
Recuerdos de amores, que se escaparon de mi,
Vuelven con este ambiente de lluvia de atardecer,
Latidos que se aceleran en mi corazón febril,
Quiero enamorarme de nuevo y vivir, tu placer…
Varias mujeres conocieron mi manera de amar,
Siempre lo daba todo en las vivencias del querer,
La inquietud de ver a mi novia y besarla sin cesar,
De almíbar eran sus labios y su cuerpo de Mujer…
Fusiones de sexo, cariño, ternura y sensaciones vibrantes,
Subí al cielo y baje en unos instantes, entre sentimientos,
En tu ojos de vi, la luna y el sol mientras fuimos amantes,
La caricia de tus manos y tu ser enervaron mis sentimientos…
Y goce de tus besos tibios en la penumbra del anochecer
Bajo la luz de la luna me ahogaba entre tus dulces labios
Y ahora me pregunto a cada instante; ¿Dónde está, tu querer?
como un loco errante sueño despierto, recordando tus besos.
Quizás sea tardé para enamorarme de nuevo, o quizás no,
Lo que se amor mío, es que estoy llegando a mi vejez,
aunque me siento aún joven, esta cortina de lluvia es amor,
Es lo que siento en estos instantes, recordando el ayer…
Dios mío que sensación tan profunda a entrado en mi,
Que arden las fibras que aún viven dentro de mi anochecer,
¡Quiero vivir lo que estoy sintiendo, necesito tu frenesí!
Ahora mirando la lluvia amor mío, recuerdo nuestro querer.
Añoranzas divinas, sagradas y bendecidas por los cielos,
¡Ahora estoy poseído, y noto que tus labios rozan los míos!
Baja si puedes Antonia, de tu cielo y dame besos en tu vuelo,
Ángel mío, mi amor, aun noto los besos, dé tus dulces labios.
Modesto Ruiz Martínez/miércoles, 07 de noviembre de 2012
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