mario mena mena

Tres segundos

Fue una tarde de estudio en casa de amigos

en un instante de una pausa antes del fin

entretenido mirando hacia la acera,

en el breve tiempo que una silueta cruza

el marco de una puerta

quedó marcada tu imagen para siempre

 

No necesitaba saber tu nombre

no ocupaba conocer la dirección de tu casa

esos tres segundos fueron suficientes

para saber que siempre fuiste mi dueña

que te pertenezco más allá de este tiempo

que sólo debía buscarte para que lo supieras

 

Parecía que una luz te llevara envuelta

Tu vestido largo, en variaciones café

de formas caprichosas entre alegres distinguidas

tu blusa de hombros descubiertos, menuditos

al caminar bailas una música que sólo tu escuchabas

 

Tu pelo corto, extremadamente corto, negro, ensortijado

un perfil caribe, una paz comunicada

Desde el marco de la puerta verte desaparecer en la distancia

y entonces se que estoy marcado en este instante

una especie de milagro ha pasado por mis ojos

No me cabe duda sólo sigue cruzar los hilos

trazar los colores, los lugares y minutos

y formar el tejido que para nosotros existe.

 

Miles de atardeceres remarcan el color de tu silueta

que sigo mirando en el marco de todas las puertas

y salgo a verte desaparecer en la distancia

con un paso que vuela por encima de este mundo,

y pienso que me salvas y me guardas

de tinieblas y de sombras que se mueven en las curvas

Esa tarde no supe que vi pasar frente a mi una montaña

de músculos de piedra, de fuegos y de magmas

armada de miles de verdades, incansable de sonrisas

de trabajos, entregas y bondades

Eres la forma que ha tenido Dios de guardarme.