walberto campos

Desafío

No vengas hacia mí todavía,

que no quiero abandonar esta vida;

porque quiero algunas cuentas rendir,

porque te voltearía la espalda a la salida

de mi existencia, antes de mi partir.

 

 

No vengas que así estoy bien,

no quiero tu visita pálida y aterradora,

ni ver tu sombra que quizá de puros huesos se dibuja;

porque no quisiera exprimir limones en tu sien

para que huyas a un millón de millas por hora

a buscarte un lugar entre brujas.

 

 

Que te ordene Dios primero,

no vengas sin su previa autorización;

no vengas, que no deseo ver tu cuerpo esquelético,

no vengas, que a pesar de que este planeta sea tétrico

aquí quiero dejar todo mi ego

para después decir a este mundo "adiós".

 

 

No vengas, no vengas todavía,

de ser posible.

¡Hazte por perdida

entre la sombra de las rocas más extrañas,

del inmenso océano más lejano!;

y no muestres tu imagen temible,

que no me agradaría

traspasar con mis ojos tus entrañas,

ni apretar tus heladas manos.

 

 

No vengas, porque ya hay un mar muerto

y una infinidad de difuntos flotando en él,

como algas en su profundidad;

no vengas, porque algún camino desierto

convertirá tus patas flacas en velas de papel,

para que no me puedas alcanzar.