Víctor Callirgos

Para que no me olvides

Te escribo estas líneas

para que no me olvides,

para que no me olvides

después de la muerte;

y será cosa de verse, amigo,

- en verdad te digo -

ni aún más allá  del ocaso

postrero del último siglo.

Qué la luz en tu memoria

conserve claramente

cómo pasó este río entre la gente,

cantando su ondulante historia,

abrevando la sed

su tumultuosa corriente.

Para que me recuerdes

como las epopeyas,

que el paso del tiempo

las hace más fuertes.

Allá donde las playas

disfrutan eternidad

y la cresta de los tiempos

besan y gozan aquella paz;

allá nos encontraremos

y bajo la sombra de un árbol

que desafíe la olas del mar,

nos daremos, amigo, a charlar.