Llegas a mi coronado de inviernos
a traves de las rajas del aire,
mil años de esperar tu presencia,
la sonrisa congelada en el rostro
y en tus ojos ya no llueven estrellas.
Por los confines del universo
has vagado, alma antigua,
vienes a renovar los rituales del fuego,
no olvido que tus labios
me enseñaron a transitar
las hogueras por dentro.
Al borde de esta procesión de soledades
coseré mis palomas a tu boca,
ellas beberán los amargos
resabios de tus muertos.
esos que arrastras con los pies atados.
Depone las navajas oxidadas
el duelo y la mortaja,
desenterremos unidos
aquellos abalorios postergados,
deja secar tus botas
en mis ventanas , amor mio ,
y ven , ven y sumerge
las raíces de tus manos en mis carnes.
Desde nuestros ayeres,
tu lírico espíritu de riachuelo
me convoca después que muere la tarde,
apoyados en los robles
es la espalda de Dios quien nos sostiene.
Volvamos a celebrar los rituales de la piel
en los claros del bosque ,
despertando a tu lobo solitario
y mi antiguo instinto de hembra salvaje
hasta hoy día confinados a la omisión
y estallemos en un solo alarido
que tiña de rubor el próximo amanecer.
Y como dos orugas
habremos trepado nuevamente
el tronco de la vida
hasta entonar el profundo himno
que cuenta la historia de nuestro génesis .
Alejandrina