Como una puñalada en el corazón,
fria e inhumana, sonó la voz del doctor,
su marido tiene cáncer y no hay solución,
del mas silencioso, sin sintomas, sin dolor.
Mis ojos de llenaron de lágrimas salobres,
mi mente voló al lado de nuestros hijos,
mis oidos no escuchaban explicaciones pobres,
me voy caminando, no se donde me dirijo.
El nunca lo supo, no tuve coraje,
yo iba y venia de clinicas a hospital,
el me preguntaba ¿porque tantos estudios?
porque un riñón te tienen que sacar.
Llantos y llantos por los rincones,
preguntas,¿cuantos años le quedan a papá?
como explicarles a ellos, unos meses nada mas,
lo internaron a los 5 dias, esta noche morirá.
Sola, mirando el reloj en la pared,
las horas no pasaban, ya me van a llamar,
cuando me di cuenta, el reloj dejó de andar,
murió el amor de mi vida y me puse a llorar.
El alma bendita, el Espiritu Santo,
quiso que a nuestra casa me viniera a avisar,
esa fue nuestra despedida, me amó hasta el final,
y yo en lo que me queda, jamas lo voy a olvidar.
Por eso quiero que entiendan,
el cancer a veces no tiene sintomas,
hay que vencerlo con chequeos siempre,
para evitar esa muerte cruel.
MARIA HODUNOK