alexander omar

Bello día, hacia un nuevo porvenir

El horizonte con paciente suavidad mana,

La luz del alba que nace por la mañana

Clásica de abril,

Después de soñar en una noche de luna,

Contempló la mañana, esta era como ninguna,

Sintió revivir,

Estaba un girasol con su cara de ensueño,

Luego de haber despertado de su dulce sueño

Mágico, por fin

Sentíase nuevo, contento e ilusionado,

Tantas penas casi lo habían marchitado,

Iba ya a morir,

Pero aquel día, una silueta celestial

Fue ese dulce amanecer con su luz inmortal

Para aquella flor,

Los mágicos rayos trajeron una nueva era,

Hecha de fragancias y sueños la primavera,

Y rayos de sol,

Y se lleno su alma de humildes ambiciones,

De grandiosos sueños, de bellas ilusiones

En su corazón,

Lindo lucia, cundo la luz del medio día,

Llego triunfante con un aire de alegría,

El sol al cenit,

Y luego de haberle dado su cálido abrazo,

Un arrebol despidió al sol con el ocaso,

Allá en el confín.

Pasada la dulzura de aquel mágico día,

Esa flor espera ansiosa y con alegría

El nuevo porvenir.