Irene..

Tú y yo.

Al final siempre solos tú y yo corazón..
..andando invisibles a cuestas de dolor.

Pronombrándonos dualidades..
..inseparables siameses mortales.

Tú cantas agonía y yo la convierto en poesía.

Tú existes alarido y resistes mi yo latido.

Subiendo Tú los asfaltos nublados..
..y yo atormentando de sensibilidad los encharcados portales.

Ambos despellejamos el aire de emoción..
..en carne anochecida.

Ardiente fiebre atardecida.

Anónimo dueto..

..nos escondemos de la apariencia mundana..
..para no mancharnos la ilusión defraudando su blancura.

Cansándonos la respiración mutuamente..
..a un mismo y retratado paso que sincroniza la herida.

Por estas calles asfixiantes de realidad..
..testigos de la suciedad que blasfema tu nombre.

Pero Tú callas, y yo comprendo la mirada baja de tu silencio.

Respetando Tu incurable arquitectura..
..contrahecha curvatura de blandos huesos..

.que yo fijo al alma de la criatura redactora..
..con abrazos su imposible estructura.

Por ver si rimando, algo se fuera enderezando.

Faltó el desarrollarte afán de alegría..
..querer sujetarte al mecanismo humanidad.

Tú lloras impulso hecho añicos..
..y yo te llevo en brazos delicadeza.

Para que no te claves, para que no te cortes..
..con la reiteración de tu destino.

Así progresivamente de pena..
..se repite cada día esta condena..

..a la misma hora de soledad y en el mismo sitio marino.

Tú pulsas ritmo durmiente, y yo desaparezco el mismo Sueño..
..entre la marea viva rompiente.

¿De dónde salió toda esta arena?.

¿La trajiste Tú corazón, al jugar al escondite menguante..
..con la luna en duna creciente ?.

No recuerdo que me llevaras al agua..
..de la memoria sumergida.

Cruje el suelo bajo mi sangre descalza..
…en la garganta mastico salino cristal..

..los relojes de sirena alfombraron la casa..
..a proa y popa su mascarón.

Y de nuevo vuelve a anochecer sobre la ciudad mortal..

..esta Canción.