Varas

Piel nocturna

Que ha logrado la noche callada

Tras edades de inmutable espera

Cuantas sonrrisas ha logrado arrancar,

Del palido rostro que adorna las alturas,

Cuando el sol cansado y ufano se ausenta.

 

Aquel deseo si voz, que tatuado

En la piel desteñida de la noche,

Demanda, el honor de resguardar

La faz de Hecate, cuya fria runa,

Se refleja fria, en las aguas Leteo.

 

Como puede la noche olvidar

Aquel frivolo deseo; Como, si no

Golpeando sus manos maltrechas,

En las aguas del eterno olvido.

 

Así, mirando, las torcidas curvas

Que el Leteo revela, tras cada golpe,

En cada tregua por el dolor otorgada.

Y tras cada onda ávida de olvido

 

La noche, obtusa y callada; observa,

Entre la luz de estrellas que agonizan,

A Selene... reflejada en el Leteo