Hoy puedo mirar al pasado, haciendo a un lado todo lo que juramos en vano, puedo caminar sin tu mano sobre nuestras huellas, y aunque nos hayamos recostado sobre ellas, desaparecieron entre la arena, y aunque sigo dándole vueltas a la misma escena, sigo tropezando con la misma roca que me acerco a tu boca, pisando la espina que te metió en mi vida, abriéndote paso hasta mis heridas. Te regalo las veces que mire la luna desde tu cuarto, las veces que ahogué en tus besos mi llanto, las veces que el manto de estrellas nos contagio con su encanto, te adelanto, te resalto, que nunca me estrelle con el asfalto desde tan alto. Quédate con las estrellas que bajaban al besarte, con la luna que insinuaba acercarse a cada instante, mientras yo pintaba mi arte sobre papel para conquistarte, llévate estas ganas de amarte que alguna vez pensaron quedarse, plantarse sobre tu corazón vigilante.