Poemas para el alma

Eres la gloria

¿Será la eternidad suficiente para marginarte?

Esa pregunta, me la he hecho tanto sin sentido

porque nadie sabe aún el cómo poder evitarte

de la melancolía, y así, destinándote al olvido.

 

Tengo que reconocerte el haber sido bendición

para este pobre ser, que vivía por compromiso

fruto de intensas amarguras sin una salvación

para redimirlo del dolor, que lo tenía de occiso.

 

Sé el amor que nos unió siempre vivirá eterno

pero, desde tu partida, cada vez se sufre mayor

tu ausencia, carcomiendo entrañas como añejo

luto renovado en cada primavera, en cada flor.

 

Al alba, el sol me invita refugiarme en su calor,

conociendo lo que sintió mi alma por tu partida

mientras que, por las noches, con su resplandor

la luna me hace compañía mediante luz recibida.

 

Busco entre las voces de la distancia un remedio

que permita curar este paso tuyo en mi memoria

pero es imposible que rece siendo ateo al cielo

ya que, si Dios existiera, me diría fuiste la gloria.