C.A.R

Soneto a las Melancolias

Te manchaste de pureza, al son de la luna,

en lo alto de los recuerdos olvidados,

paseaste entre lagos de pastos marchitos,

y nombraste su decrecido nombre de cuna.

 

Marchitaste su crecimiento, lo ahogaste,

en las mismas lagrimas del ayer vivido

¿Acaso el pecar no está permitido

cuando se sufre la pación del no tenerte?.

 

Te enterraste bajo las cortinas del crepúsculo,

como madera enfurecida de las aves,

indiferente, por haber existido olvidado.

 

Mas todo es pasajero, frágil, impuro,

y se sume en un vaivén de recuerdos,

que lejos de ser amor, se vuelven olvido.