david del lignum cruxis

Mitades contrarias

Entre arbustos conmovido,
un delicioso faro encumbrado,
resalta los relieves,
y los ojos cargados de oscuridad
solo lucen debajo de dinteles hermosos nunca manufacturados
lucen el triste recorrido del viajero insatisfecho...

Desde lejos
ahora un poco más,
antagónicas latitudes complementarias
observan sus diferencias,
pero no se unen
restringen sus movimientos al pensamiento estancado,
pero no se juntan,
se conforman con las pestilencias
rechazando el aroma intenso de la paz,
pero no se atraen,
juzgan el miedo,
juzgan y no mueren en su letargo,
ríen juntando sus memorias
y el odio en ellas,
se miran y luego se acercan
pero más lejos nunca han estado jamás...

En esa isla descansan los recuerdos,
desde esta ínsula cargados de lágrimas
observamos el péndulo de la hora
arrimados a un árbol seco
miramos a los entes,
como reinos enemigos
se secan y se olvidan de la creación,
(cíclicamente el desvanecimiento de una evolución
no incluye a los desmemoriados
solo concluye en lejanos vientos
),
y sin fuerza siquiera para la guerra
se atacan con indiferencia,
en ese color insano
se vuelven blancas las peripecias
que un día fueron verdes...

El mar de separación ancho
como universos paralelos
inunda de a pocos
el cielo
y la mente de todos

las dos tierras
como lóbulos expuestos
mueren y sin olvido siquiera
desaparecen en los registros negados
de una biblioteca sin nombre ni dirección.

Levántame padre,
las costas nunca han estado tan claras
el mar erosiona hasta el alma...

¡Dios!

¡Virgen María!

Los milagros son flacos deseos ahora...