Sara (Bar literario)

Más allá del propio cuento

Aún no me domestico en el dolor del mundo

a mi almohada comarcada por baldosas

frías somnolientas y lunares de mi infancia

no he adherido el paisaje forastero

de ojos del oeste mirando el río

perdiéndose acuáticos

                                     en ese nido tembloroso

de los árboles rotos en los páramos del sur.

 

A veces, descubro a mis fracasos lindando

las fronteras de ese otro

grande, ponzoñoso, iracundo, desesperado

rodeando como capa las hiedras

que no se cosechan pero siempre -a menudo-

                                                                se siembran solas.

 

Hay tardes como esta

/Resplandeciendo/

 en las muecas de mis ojos cerrados

túneles de sobrevivientes bailan

en mi brújula extraviada consciencia

 

Y,

en un susurro de lágrimas y venas gastadas

el verbo de la vida me habla

 

casi al borde del sueño

me susurra mi patria

la historia escribiéndose

en mi libertad transitada

 

 

Sobreviviente,

                               yo soy.