lumino

Córdoba

 

Lienzo de media luna en el cielo claro,

noche de estío y silencio pesado;

refresca, Río, este desaguisado.

Lorenzo nos dejó; Catalina, nuestro amparo.

 

¡Que calö! y sólo estamos en mayo:

claveles y gitanillas ,

hortensias y buganvillas

y los cascabeles de un caballo.

 

Está en el aire, el azahar ha estallado.

La dama de noche,

el jazmín ¡que derroche!

Lo he visto y las esquinas me lo han contado.

 

A vino e incienso huele la Judería.

Puente Romano, San Rafael, alado.

Mezquita mora y templo sagrado.

Córdoba cristiana, sefardí y de la morería.

 

Mujer flamenca; de guitarra, tu talle.

¡Gitana, mora, morena, serrana!

ojos negros y cuerpo de filigrana;

música, tus caderas, que alegra la angosta calle.

 

En lo alto de la sierra entre el azul y el verde verde,

el bandolero se ve desde la albacara.

Viene herido, aroma de pólvora y jara;

nunca llegará a Córdoba, antes encontrará la muerte.

 

Lienzo de media luna en el cielo claro,

noche de estío y silencio pesado,

refresca, río, este desaguisado.

Lorenzo, nos dejó; Catalina, nuestro amparo.