teresa ternavasio

¡OH DESDICHA!

Oh desdicha

 

Tomaste mi mano

cuando mi cara de párpados hinchados,

estrenó el esfuerzo de pujar.

 

Los ojos se abrieron con timidez,

para llenarse de luz.

 

Quizás colgué de ti,

 mi abrazo ingenuo.

 

Huestes  de sueños

 prestó  invitación  para ser pétalo en la flor

 

El alma  repartió entereza,

como mayólicas de oro.

 

Esmerada búsqueda de cada trozo,

del escondite secreto de la felicidad.

 

¡Oh desdicha!

compañera de mis días.

 

¿Me buscaste o te busqué?