Mario Santiago

LA BANDERA

Una bandera cubana

con cada color desleído

abre siempre la mañana

del colegio de mi hijo.

 

Mientras, yo ensimismado

miro a sus compañeros

y su rostro adorado.

- locuaces y majaderos –

 

Cuál usará la enseña

para ascender sobre el vulgo

como en alfombra voladora.

Soberbio, avaro y falso.

 

Manipulando la memoria

de eficientes muertos.

Si hubiera luz en la Historia

Y entre mil temores ciertos

 

Nos guiara a los padres.

-vigías en proceloso mar-

Crecerían tolerantes.

Joyas en la naturaleza dispar.

 

Y los honrados, y esos

que hacen el bien ajeno

Porque no sigan los pesos

siendo de la virtud freno.

 

Entonces, el respeto a la vida

sería la suprema ciencia,

pues no hay cosa más temida

que los demonios  de la violencia.

 

Cuelga fláccida la tela.

El viento, con senil escepticismo

parece que temiera

demostrar su patriotismo.

 

Los grandes ojos de los niños

miran  fugaces la bandera.

Algunos y muchos de sus destinos

conformarán y sufrirán el de ella.