Poemas de Camilo

CÁNTICO A MI PATRIA, ESPAÑA...

Cántico a mi patria, España

 

España, la patria mía,

patria mía eres, España.

Eres patria de mi madre,

de mi padre tu eres patria,

la patria de mis amores

y la patria de mi raza;

tú eres vida de mi vida

y alma también de mi alma.

 

España la patria mía,

Patria mía eres, España.

 

La de las sierras enhiestas,

la de las hondas gargantas;

la de las vegas fecundas,

la de las bastas llanadas,

la de las riberas verdes,

la de los ríos de plata,

la de los mares azules,

la de las mesetas pardas;

la del cielo de zafiro,

la del recio sol que abrasa.

 

Tu cabeza alzas a Europa,

estribas tus pies en África,

miras hacia el Nuevo Mundo,

vuelves al Viejo la espalda.

De Europa fuiste cabeza,

al moro aplastó tu planta;

engendraste un nuevo mundo,

refrenaste al turco de Asia.

El sol jamás se ponía

en tus dominios, España;

jamás el sol se pondrá 

en las tierras de tu raza.

 

Cien pueblos te llaman madre

con palabras castellanas,

porque la sangre del Cid

corre por sus venas, y hablan

como hablara Alfonso el Sabio

y el Marqués de Santillana,

Lope, Quevedo, Cervantes

y Calderón de la Barca.

 

España, la patria mía,

Patria mía eres, España.

 

Tierra de las libertades

         con hombres, gentes hidalgas;

de los libres Municipios

con fueros y cartas blancas;

tierra de la independencia,

siempre a ajeno yugo extraña,

donde brilló de Viriato

y de Pelayo la espada,

dando respuesta Bermudo

a Carlomagno de Francia.

 

Eres patria de guerreros

y de héroes tú eres patria;

dichosa tú que bebiste

su sangre noble y sagrada,

gloriosamente vertida

en cien sangrientas batallas,

y con ella alimentaste

a los hombres de tu raza.

Tierra que con sangre de héroes

quedó por siempre empapada

en Sagunto, Covadonga,

Calatañazor, Numancia,

en Zaragoza y Bailén,

en el Salado y las Navas.

 

¿Quién sino tú el corazón

en duro bronce forjara

de adalides cual Balboa,

Cortés, Pizarro, Orellana?

La que labra los Gonzalo,

la que los Guzmanes labra,

la de los Fernán González

(castellano, de mi raza).

Tú a los romanos aterras,

y la fe a los godos ganas,

echando de nuestros lares

a los moros de Granada.

Tú a los alemanes vences,

tú  coges al rey de Francia;

la luz de la Media Luna

en Lepanto tú la apagas,

y de los triunfos el lauro

a Napoleón le arrancas.

 

España la patria mía,

Patria mía eres, España.

 

¿Quién de tus conquistadores

recontará las hazañas

y de tus descubridores

las proezas no pensadas?

Tus arriesgados marinos,

mares y costas lejanas

vieron antes jamás vistas

ni holladas de humana planta.

 

Tus soberanos artistas

oscurecieron la fama

de los artistas de Flandes,

de los artistas de Italia.

Tus ingenios peregrinos

inventaron la que llaman

hoy novela picaresca,

que es cierta invención galana

y a puñados derramaron

en ella donaire y gracia.

 

Fuiste la reina del mundo

que se rindió a tus hazañas;

fuente fuiste del saber

y dechado de obras santas;

no hubo poder en la tierra

que al tuyo se comparara.

Ahora en lutada,  llorosa,

te veo desconsolada,

sin tus glorias y atavíos,

sin el poder y sus galas,

hecha escarnio de las gentes,

de todos abandonada.

 

España, la patria mía,

Patria mía eres, España;

la patria de mis amores

y la patria de mi raza.

La vida que tú me diste

por ti quisiera yo darla,

por servida de mi vida

y serlo también de mi alma.