benchy43

AÑORANZAS (octavas reales)

Llena el canto del ave la mañana,

el viento trae una canción añeja,

renace con su bulla cotidiana

la calle despiadada tras la reja.

Hoy rechazo la vida ciudadana

y al ver que nada obtengo con mi queja,

mi sueño viaja a otra geografía,

la más bella, añorada tierra mía.

 

Y vuelven a correr mis emociones

por la orilla de un lago perezoso

que refleja con leves vibraciones

la nívea montaña, el bosque añoso.

Un sendero que irrumpe entre telones

matizados con un verdor frondoso,

va mostrando intrincados vericuetos

hacia un mundo de trinos y secretos.

 

¿Vivirán en los hongos de colores

los pequeñitos seres de los cuentos?

¿Pasarán los barbados leñadores

con sus hachas al hombro y pasos lentos?

¿Será sólo ilusión de soñadores

las hadas con poder de encantamientos?

Bosteza el tibio sol en la floresta

y dobla su cantar la fina orquesta.

 

Desde un claro apartado de la fronda

se escucha el serpenteante riachuelo;

arriba los gigantes hacen ronda

alrededor del límpido azul cielo.

Mientras la mariposa liba, oronda,

a la sombra una flor de terciopelo,

las brisas humedecen los caminos

con llovizna aromada de los pinos.

 

Nada cuesta vivir en un ensueño,

volver a aquel terruño tan amado,

sentir el crepitar del rojo leño,

dejar el lagrimón en un costado.

Y al retornar de mi vagar sureño

al verso que tan solo se ha quedado,

una sonrisa surge del espejo

por sobre su mirar cansado y viejo.

 

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.

 


(Fotografía de Rafael A. Maldonado, Villa La Angostura, Neuquén, Patagonia Argentina)