han-jael

La deuda

 

Cuantos besos tendrías que darme

como pago de la reparación

del daño que me hiciste?

y cuantas veces

tendrías que abrazarme

para pagarme

lo poco que me amaste?

 

Has cuentas, vida mía,

porque hoy estoy dispuesta a cobrarte

hasta el último suspiro

que tu ser exhale

y me puedas compensar

la felicidad que no pudiste darme.

 

Te aseguro que ahora sí,

mejor que a nadie vas amarme,

prepárate, mi bien,

que estoy dispuesta a cobrarte,

ni la otra vida va alcanzarte

para, todo lo que debes, pagarme.

 

Y me daré por retribuida

hasta que yo decida,

hasta que de tu amor

me sienta invadida

y tu ternura me hostigue,

así, como hiciste tú, antaño.

 

Reserva tus labios

y tus brazos,

toda tu alma y tu cuerpo,

hoy, vengo dispuesta a cobrar tu adeudo.