Yolanda Barry

ESA LLAMA DE AMOR.

Anoche llegué hasta tí,

ahí, a nuestro lecho,

te ví dormido placidamente,

me senté en la orilla de la cama

a contemplar tu sueño.


Amor...¡cómo me gustaste!

tu rostro sonreía,

tu respirar tranquilo

me alegraba.


Me acerqué hasta tí

muy suavemente,

me recosté a tu lado quedamente,

mis manos comenzaron a acariciar

tu piel dormida,mientras algo en mí

se encendía.


Recorrí tu espalda con mis dedos,

besé tus labios cerrados

con mil candados,

fueron tantos los besos que te daba,

con ninguno logre que me besaras.


Tus manos viajeras

que gustan recorrerme,

estaban ahi,sin siquiera tocarme...

esas manos que me embriagan de placeres

no logre ni un momento

que me acariciaran.


Nuevamente besé tus labios...incansablemente...

esa llama que había en mí

logro apagarse...la quietud de la noche

me envolvió también en un sueño placentero.


En la mañana,te encontré contento

y enamorado,no podía creer lo que

me habías contado...

soñabas conmigo,

que estaba en tus brazos,

que me abrazabas y amabas

como amantes sin descanso,

que bailabas conmigo un buen rato,

mientras nuestros cuerpos desnudos

en complicidad se amaban.


Prometo mi amor,

llegar temprano a la cama,

y ese sueño de ayer

que tú gozabas

hacerlo realidad

con toda calma.


Por que en mí prendes

siempre esa llama,

esa llama de amor

que siempre te desea,

esa llama de amor

que necesita verte,

esa llama de amor

que nunca se me apaga.


YOLANDA BARRY.