RICARDO FELIPE

TESTIGOS

Para empezar, volvamos a empezar,

después de descubrir un final sombrío:
¿Quién podría navegar sin cauce definido?
A pesar que te volviste oracion de amor, todo terminó,
porque esa oración un día perdió su verbo.

Somos un montón de experiencias que terminaron mordiendo el polvo,
con una agonía que comenzó a ser una elegía,
conscientes que ahí se diseminaron tiempos irrecuperables,
pero que recuperaron fragmentos de fe dispersados, cuando se nos explotó el corazón,
pues mucho se aprende a pesar de creer que todo está perdido.

Para empezar, descubramos qué se nos quedó atrás,
y aprendamos que la suma de todo lo tuyo y todo lo mío es, finalmente, nuestro cariño,
con una intensidad que dormitaba bajo los helechos que nacieron en el centro de nuestros pechos,
con un montón de abrazos que nunca se presentaron en la escena del amor,
con un adiós como protagonista de la novela que ya terminó.

Y es que siempre hay un tiempo para quienes pregonan una oportunidad,
cuando en el fondo hay una razón y un mar de suspiros muy hondo,
un horizonte y una vida plena que no quiere extinguirse,
uniendo promesas y cielo,
tu boca y mi boca,
tu llanto y mi sonrisa,
tus manos y las mías,
tus experiencias vividas y mis fracasos rotundos,
pero que nunca nos hicieron olvidar que pronto tendríamos un nuevo día.

Para terminar…
Dejemos que la noche apague la luz,
para que tú me cuentes tus sueños,
y yo te cuente lo que estoy soñando.

 

©ricardo_felipe