alexander omar

mundo bajo tinieblas

 

 

Mundo bajo tinieblas

El verde color del campo, en los meses de invierno

Es un débil cristal,

Puede romperse en un momento, pues no es eterno,

Como no lo es el mar,

Hoy dura medio año el campo con su color verde

En suelo tropical

El otro medio año, el hermoso color se pierde,

Verde en el campo no hay.

Pero no ha de quedar un invierno tan hermoso

En los años que van,

Uno de esos inviernos que sea maravilloso

Hasta la eternidad;

Vello luce el campo cuando el alba en la mañana

Asoma su mirar,

Pero seria aun mejor si la mano humana

Frenara su crueldad;

Hoy el casi seco bosque llora, llora y llora

No para de llorar

Y quizás mañana no nos salude la aurora

Con su luz especial;

(II)


El azul del firmamento ha perdido su encanto,

Con el se marcho la alegría, devolvió llanto,

Tristeza y sufrimiento.

El cielo ya no es azul, ahora es muy oscuro

Hay tanta violencia que ya no hay lugar seguro

Somos cosas al viento.


Se marchita cada día la luz de la aurora,

Hoy ya no es joven, ya va para señora;

Ha perdido su esencia

Y del futuro de la humanidad ¿Qué queda?

Si hoy ya casi desaparece la vereda,

Que guía nuestra existencia.


.Día a día se observan cosas más extrañas

Que turban los senderos, cual niebla de montañas

Ante nuestra visión

La luz del horizonte ya no se viste

De oro, sino como un milenario eco triste

De una bella canción.


Despierto cada día con un destino incierto

Al ver como a mi tierra la consume un desierto

De tristeza y arena.

Siento que me consumo dentro de mi mismo,

Me ciento ala deriva de un profundo abismo

De nostalgia y de pena.


! Oh tristeza profunda, como en el mar las olas

Se encuentran serenas, y cuando estoy a solas,

Siento desolación,

Entre los días tristes y atardeceres cálidos,

La penumbra de la noche, los ocasos pálidos:

Aleve sensación.

Los cánticos risueños de una lejana vida,

Se pierden en el abismo de una edad perdida

Para nunca volver,

Como el contaminante que mata el manantial,

Al mundo lo oscurecen las nubes del mal:

En cada amanecer.


Hermoso recuerdo hay de un pasado muy lejano

En donde un manso cordero fue el ser humano,

En un mundo de armiño,

Más hoy, cual un lobo feroz desgarra y da muerte,

A esa oveja de piel tan suave de la cual verte:

La inocencia de un niño.

Mística rosa de suaves pétalos pequeños

Tu edén se marcha cual fragancia de errantes sueños

Al mundo de la nada.

Se marchan como en la fuente gotas de diamante

En la oscuridad de la noche, cometa errante

Con su luz de alborada.

 

Olímpico pájaro de cánticos divinos,

Melodía amorosa de la vida en los caminos,

Ya nunca volverán,

Cielos claros y noches frescas llenas de estrellas,

Y el empíreo luminoso donde habitan ellas

También se marcharan.


Luminoso rayo de la flecha de Cupido,

Donde andas viejo amigo, donde te has escondido

Donde guías tu vuelo

Esta noche de soledad y negra alegría,

Es un pálido ocaso al llegar la luz del día

De albura y consuelo.


Alexander Omar Romero Vidaurre.