CARLOS ALBERTO BADARACCO

VIEJAS ARPÍAS

 

Qué loca sensación de lo intangible,

lo que nunca dice nada y dice todo.

La vida se nos viste de arrogancia

entre las nubes de una especie de ignominia.

Qué símbolo del castigo hecho hombre

se nos debita de una vida con pasado

son los más tiernos aconteceres ya guardados

los que en un recuerdo nacen vacíos, sin destino.

No se pueden esbozar los sentimientos

cuando en el tiempo los baldíos se han borrado.

Aquella pelota que saltaba y jugueteaba

como soñando con un pie que la pateara.

Qué injusto destino nos ha tocado

anclarnos en los recuerdos del pasado

y no ser el presente más que un lamento

de todo lo perdido en tradiciones.

A veces pienso que son las viejas del barrio

que creen estar viviendo en un geriátrico,

odian la bulla tierna de los niños,

de adolescentes en un juego de pelota.

Saltan como arpías entre la niebla

denotando su muerte tan cercana.

Viejas de mierda que han nacido

para pinchar las ilusiones de los niños

Ya tendrán tiempo de hallar la paz bajo la tierra

en un mundo donde el diablo les dará cabida.

“Siéntate amigo en el cordón de la vereda

y verás pasar el cadáver de tu enemigo”

Se irán, son seres de otros tiempos

tiempos que nunca volverán a distraerlos.

los árboles que han plantado en el terreno

para evitar el tierno arrullo de los pendejos

serán las sombras que enlutarán sus sepulturas

cuando no tengan un aliento de vida nueva.

 

CARLOS A. BADARACCO

23/9/12

(CARLOS A. BADARACCO)