Víctor Callirgos

¡No queda más que amarte!

¡No queda más que amarte!

Cuando observo tus arenas rojas

mi alma se enciende y  deseo

intensamente abrazarte, adherido

así, a ti, consumarme, consumirme.

 

¡No queda más que amarte!

Hoy, bebo sediento los recuerdos

de los parajes de mi espíritu

que el “Curiosity” fotografía y trae.

 

¡No queda más que amarte!

Ya confesaré de tus templos,

seres de piel inefable,

de corazón cristalino

que este puñado de lágrimas

se ofrecen voluntarias y arden.

 

Ahora, todavía no es tarde

¡No queda más que amarte!