PETALOS DE NOCHE

La V i d a . . . P o e m a s . . . y... P o e t a s . . .

 

Me gusta leer la poesía escrita en el cuerpo de un libro agonizante
entre las páginas de un destino; quebrado en la lluvia,
de un mar fecundo en más tinta de relojes perdidos
cuando el tiempo ha dejado encerrado la narrativa de leernos. 

Escribiéndonos puntos en la piel de siempre, en los sueños
y en el futuro, cuando más respiramos el oxigeno
y más agonizamos entre la bruma de la derrota... 

Sintiendo una lágrima deshecha en la retina

sacudiendo la iris a la luz borrosa de nuestras implicancias

encogiendo cada vez más nuestros ojos, queremos dormir

morir otra vez en los charcos de un verso mal conjugado...


Expresando con delicadeza el gozo de alcanzar la tranquilidad

cuando más grita la oscuridad; la noche y sus lamentos

la luna otra vez desnudándose en el mar de la soledad

y el público sacudiendo sus dedos;

hasta escribir infinitos
p
u
n
t
o
s

s
u
s
p
e
n
s
i
v
o
s
.
.

(B r i l l a n t e s   y   e t e r n o s)


M u r i e n d o  e n  u n a  l e c t u r a...,

otra vez desnudando hojas

en el rostro de un Poeta cohibido por sus secretos
desatando la carne de sus más íntimos sueños
en la libertad de la lírica en caída de sus dedos
al untar el vino con la sangre; desangrada
en el último vuelo de sus ojos
al filo de la noche escrita
delicadamente imaginada,

escrita... conjugada... soñada

entre los verbos de un escritor
desvelado por la vida y la muerte...